Te
Quiero, digo, te odio (puto subconsciente)…
Eres
jodidamente bonita, repugnantemente dulce, asquerosamente divertida,
preocupantemente perfecta, y a pesar de todo esto y mucho más. Te Quiero.
Algo
más que todo eso, necesito que hagas lo que no tuviste valor de hacer el
sábado, si, besarme.
Agárrame
la mano, corramos antes de que el semáforo se ponga en rojo, un ascensor para
dos, dos cucharillas para un helado, agárrame para que no me meta en medio de
mucha gente para liarme a puñetazos…No lo llames compromiso, no lo es y a parte,
sólo el nombre, asusta.
Hoy
estoy siendo breve, la verdad es que, si me pusiese, podría escribir páginas y
páginas, pero solo sería darle vueltas para acabar diciendo lo mismo, que
resumiéndolo, se podría quedar en lo siguiente:
Me
empieza a asustar el cariño tan espectacular que te tengo, me ACOJONA lo
putamente bien que me siento a tu lado, por no hablar de estar entre tus brazos…pero
lo que si que me da miedo es que no te sientas igual, y no ser capaz de quitar
los tuyos, que te atrevas a callarme (para que deje de decir que es el momento
beso idílico) con ese beso que llevo pidiendo desde mediados de verano.
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