Me
encanta despertarme cada mañana con esa sensación de sueño inacabado, de:
joder, era tan feliz ahí, en ese escondite que crea nuestro cerebro cada noche
para que al menos durante, en mi caso, 6 horas al día, seamos plenamente
felices.
Tal vez
debería decir que me encantaba, hasta que he pasado a quedarme dormido pensando
en que mañana no quiero acordarme de lo que he soñado, porque sé que vas a ser tú,
y no quiero volver a la realidad cada mañana, como si el despertador en vez de
simplemente putearme con ese ruido tan estridente, pudiese pegarme una serie de
hostias, para recordarme que empieza un día nuevo, en el que no es que no vaya
a poder acabar lo que he soñado, sino que nunca voy a poder empezarlo .
Y con
esta pequeña reflexión es como vuelvo a presentarme después de tanto tiempo en
el blog.
Joder... puta realidad :(
ResponderEliminarEso si, lo explicas de muerte.